Reflexiones con Pedro Valencia
Os voy a contar un cuento: El cuento del Bodhisattva.
Hace casi 30 años un lama me contó este hermoso cuento y aquí lo comparto con vosotros.
Bodhisattva es aquel que dedica su vida a buscar la iluminación o el despertar del sí mismo para el bien de todos los seres, para ayudar a los demás con una motivación altruista.
La historia habla de una madre e hijo que van de la mano cogidos caminando plácidamente. En la dirección hacia donde avanzan, hay una gran multitud de gente alrededor de un mercado. Al pasar entre esa masa de personas, hay tanto tumulto, tanto jaleo y empujones hacia un lado y hacia el otro que apenas pueden mantenerse juntos. El torrente separa a la madre del hijo y éste entra en pánico y es llevado por el requero de gente. Está perdido y llora porque no ve a su madre. Va dando vueltas de un lado para el otro y pasa el tiempo.
Peses a todo el tumulto y todo el jaleo, sostiene la inercia de buscar a su madre. Insiste, sufre, padece y se desespera, hasta que, por fin, empujando por la masa de gente, vuelven a juntar su camino. El hijo, al ver la madre, se aferra tan fuerte a ella que ya no la suelta. La reconoce entre toda esa multitud no por la ropa que lleva o por el peinado, la reconoce por la naturaleza, una percepción directa del vínculo que siente por su madre. La madre lo abraza con todo su amor y lo saca de esta confusión. Ambos salen del muchedumbre y suben por una montaña escapándose de todo ese caos.
Cuando llegan arriba, el niño ha madurado en todo ese tiempo. Gira su cabeza y mira abajo, hacia donde venían y ve a muchos otros niños perdidos llorando por no ver a sus madres. Entonces le dice a su madre que se quede allí esperándole, porque él va a ayudar a los demás. Quiere ayudar a esos niños y sacarlos de ese bullicio para que puedan encontrar a su madre.
Una metáfora muy interesante. Somos como estos niños arrojados y perdidos en este ciclo de la vida. Nos hemos separado de nuestra madre que es la naturaleza intrínseca que tenemos dentro de nuestra mente. Y aunque está con nosotros, no la vemos y estamos dando vueltas en este caos de la vida como el niño extraviado buscando el camino de vuelta a su casa. Esta búsqueda lleva a la indagación en la naturaleza del sí mismo hasta que uno se reencuentre con su “madre”.
El niño del cuento es el Bodhisattva que tras reencuentrarse con la naturaleza de su propia mente, la madre, y salir del ciclo de la vida mundana, decide volver a entrar en él para ayudar a los demás seres a encontrar el camino hacia su propia luz.
Espero que os haya gustado la historia y que todos indaguemos en la naturaleza madre que llevamos dentro, que es la conciencia holística que impulsa a todos los seres, la misma madre para todos los hijos.
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